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La procrastinación es un hábito y, como cualquier otro, es difícil de romper. A diferencia de lo que podría sugerir la intuición, las investigaciones muestran que es más un tema de regulación de los sentimientos que de autocontrol. He aquí algunos consejos para entender la procrastinación y empezar a superarla.
A veces sentimos que no estamos preparados para emprender una tarea y dejamos que se cuele en las grietas de nuestra agenda hasta perderse. Si trabajas desde casa, quizá paseas al perro, lavas los platos, vuelves a doblar la ropa, revisas Instagram por milésima vez y luego te sientes culpable por no ser lo suficientemente productivo. Si ya volviste a la oficina, quizá te sorprendas viendo videos de gatitos en YouTube y levantándote a tomar un café cada diez minutos. Sea como sea , el resultado no es bueno.
Como le dijo el Dr. Hal Hershfield, psicólogo y profesor de marketing en la Anderson School of Management de la U.C.L.A. al New York Times, la procrastinación es un caso de sesgo hacia el presente, esa tendencia que tenemos a priorizar las necesidades a corto plazo en lugar de las de largo plazo. Se trata de un rasgo que la evolución desarrolló en nosotros hace miles de años: si estás en la naturaleza, asegurarte un bocado ahora es más importante que -digamos- organizar las hojas de los árboles para la cama de mañana porque, en ese contexto, no hay garantía de que vayas a llegar al día siguiente. Al crear una recompensa para las acciones a corto plazo, la Madre Naturaleza nos enseñó a hacer todo lo posible para asegurar nuestra supervivencia en este instante. El problema es que la Madre Naturaleza no esperaba que desarrolláramos el tipo de trabajos o estructuras sociales que tenemos hoy en día.
El origen de la procrastinación es la regulación de los sentimientos porque, por la razón que sea, sientes que algo en lo que ibas a hacer está mal y entonces decides cambiarlo por otra acción que te dará una recompensa a corto plazo. Entender el sentimiento que está interviniendo te ayudará a encontrar la mejor estrategia para cambiar tu patrón de procrastinación.
Estos son algunos de los más frecuentes, según la web solvingprocrastination.com.
- Sensación de agobio.
- Ansiedad.
- Perfeccionismo.
- Miedo a la evaluación o al feedback negativo.
- Miedo al fracaso.
- Auto-sabotaje.
- Percepción de falta de control.
- Falta de motivación.
- Falta de energía.
Así pues, imaginemos que tu jefe te pide que hagas un extenso informe al que no le ves sentido y te exige que consultes a decenas de personas antes de empezar a escribirlo. En ese contexto, es probable que te falte motivación, te sientas abrumado por la tarea y decidas buscar algo de comer en lugar de ponerte a trabajar porque la comida es una recompensa más tangible e inmediata que “la satisfacción de un trabajo bien hecho”. Lo mismo ocurre cuando tienes miedo de no ser capaz de hacer las cosas con la calidad debida o de recibir una retroalimentación negativa, incluso si es la primera vez que haces una tarea en particular.
Identificar la causa raíz de tu procrastinación es crucial porque, de lo contrario, no podrás obligarte a volver a trabajar. Cada vez que procrastinamos, nuestro cerebro siente una recompensa; apartamos aquello que nos hace sentir ansiosos o aburridos y en su lugar le damos al cerebro algo agradable (buscar una canción nueva, por ejemplo). En consecuencia, sentimos que acaba de ocurrir algo bueno, aunque a largo plazo sea perjudicial para nosotros mismos.
La procrastinación crónica es un problema grave, ya que puede tener consecuencias que van desde la depresión hasta un mayor nivel de estrés y la pérdida del empleo. ¿Qué puedes hacer para librarte de ese coco?
1. Comprende el origen de tu procrastinación
Obsérvate para saber si es el aburrimiento o el miedo al fracaso lo que te impide trabajar. Una vez que identifiques el sentimiento, podrás encontrar la mejor manera de evitarlo. Si el problema es que la tarea te parece demasiado aburrida, tal vez hacerla a primera hora de la mañana y recompensarte con un pequeño paseo después te ayude. Si el problema subyacente es el miedo al fracaso, tal vez quieras buscar la ayuda de un compañero de trabajo o pedir a tu jefe que te dé más detalles sobre la tarea que te ha encomendado.
2. Identifica las circunstancias en las que procrastinas
Considera por qué, cuándo y cómo procrastinas. Si tiendes a procrastinar porque tienes miedo de fracasar en una tarea, cuando trabajas desde casa, y procrastinas haciendo jardinería todo el día, entonces necesitas pedir ayuda para lograr hacer la tarea y encontrar una oficina o un espacio de co-working. Habría que adoptar un enfoque diferente si la causa de tu procrastinación fuera la falta de energía, en cuyo caso probablemente deberías comer verduras, acostarte antes y hacer ejercicio por la mañana.
3. Prueba varias técnicas y comprueba cuál te funciona mejor
Las técnicas anti procrastinación pueden dividirse en dos categorías generales: técnicas conductuales o técnicas cognitivas. Es decir, cambiar tus acciones o tu forma de pensar sobre algo. Para ayudarte a terminar ese informe al que no le ves sentido, podrías limpiar tu mesa para evitar distracciones, o podrías pensar que el informe te ayudará a entender mejor la empresa, aunque no sepas qué va a hacer tu jefe con él.
Prueba alguna de las siguientes opciones y comprueba cuál prefieres:
Hacer una lista de tareas y priorizarlas
El más famoso de todos los trucos te dará una mejor idea de lo que tienes por delante y de lo que debes abordar primero.
Elimina todos los obstáculos que puedas
Haz todo para conducirte hacia la tarea que intentas evitar. Haz cosas que lleven tu atención hacia aquello que has estado evitando. Limpia tu escritorio y apaga las notificaciones de tu celular. Apaga el Wi-Fi si puedes evitar el uso de Internet. Concéntrate en la meta: hacer la tarea.
Divide las tareas grandes en otras más pequeñas
De este modo, no te sentirás tan abrumado por la tarea que tienes por delante y podrás pensar en planificar la acción que debes realizar inmediatamente después.
Lo que puedas hacer en menos de 15 minutos, hazlo inmediatamente
Aunque no sea tu tarea principal, haz todo aquello que puedas evitar posponer. De este modo, empezarás a recuperar el ritmo de trabajo que necesitas.
Identifica tus ciclos de productividad
El agotamiento es una de las principales causas de la procrastinación. Si identificas que después de dos horas de trabajo continuo no puedes concentrarte más, organiza tu horario para que puedas hacer un pequeño descanso cada dos horas y volver al trabajo recargado. Además, todo el mundo tiene momentos del día en los que puede trabajar mejor. Observa si ese momento es por la mañana o por la tarde para poder dedicar esas horas a tus tareas más exigentes.
La procrastinación es un mal hábito y, como cualquier otro, es difícil de superar, pero no es imposible. ¿Cuáles son tus tácticas para ser más productivo?
Tendencia de negocios – CÓMO AFRONTAR LA PROCRASTINACIÓN
Por: Ana Maria Enciso, Junio 2021
Editado por: Isabela Rosa
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